Yo sería capaz

¿Qué haría por él? ¿Qué de todo quieres saber? ¿Qué soy capaz de desvelarme por una fiebre suya? ¿Qué me duele tanto el pecho como a él cuando ciertos recuerdos se pasean por su mente? 

Yo sería capaz de arrancarme las alas para dárselas cuando las suyas no vuelan porque está herido. Sería capaz de dejarme morir un instante para tocar su piel y fundirme en su pecho con un abrazo queriendo no soltarlo más. Sería capaz de entregarle mi sangre, mis sueños, mi vida entera. Lo esperaría en el altar vestida de blanco, dispuesta a hacer la promesa más importante de todas. Cuidarlo en la salud, cuando sea feliz y ría como un niño en navidad, y en la enfermedad, cuando se enjugue una lágrima escurridiza al pensar en lo dura que ha sido la vida con él. Amarlo en la prosperidad, cuando cumpla cada sueño y comparta sus momentos de plenitud conmigo, y en la adversidad, cuando parezca que no resta nada más… Yo me quedaría y le entregaría cada pedacito de mi alma para que lo sostenga en sus manos y vuelva a sentirse tan hombre como siempre lo he visto. 

Yo sería capaz de dejarme llevar hasta desvanecerme si el destino decidiera arrebatármelo… Iría detrás de él sin pensarlo, persiguiendo su aroma a hogar y a tecito caliente recién preparado. Y también sería capaz de seguir adelante aún si el piso estuviera cubierto de brasas ardientes y todo fuera fuego a mi alrededor. Aguantaría las llamas en silencio con tal de que él no quiera demostrarme cuánto me ama lastimándose tanto como lo haga yo. Sería capaz de reunir cada parte y permitirle rearmarme en un abrazo fuerte, tan fuerte que me haga sentir que todo va a estar bien aunque el mundo se esté derrumbando a nuestro alrededor. Yo le creería cualquier mentira de que la pérdida no le duele, cualquier engaño de que la muerte no le asusta. Le creería con tal de hacerle sentir que es la persona más fuerte que conozco, con tal de que por fin entienda que para mí, no existe otro. Solo él… Solo él.