Antes de que llegue el amanecer

I

Soñé con tu cabeza en mi regazo,

soñé con tus ojos café mirándome fijamente.

En la oscuridad de una noche para amarse,

yo hubiera deseado rozar tus labios con la más tierna dulzura,

pero la muerte ya te había robado un beso

y a mí, los anhelos de una vida a tu lado.

II

Nuestros cuerpos se buscaban en nuestra noche eterna inventada,

yo bailaba para ti, tú cantabas para mí.

Mis pies descalzos sobre la alfombra,

tu hermosa voz inundando la sala.

Se suponía que duraría para siempre,

ese era el pacto, nuestro juramento,

pero al mundo no le importó

y solo me observó impasible

mientras te desvanecías ante mis ojos con los rayos del sol.

III

Me dijiste que me amabas,

me prometiste una vida juntos,

pero nunca pensamos

que esa vida que tanto anhelábamos

duraría tan solo un puñado de instantes.

IV

Anhelaba verme de blanco para ti,

anhelabas verte de traje para mí.

Un pasillo decorado con flores y espigas,

seres amados llorando emocionados,

mariposas en mi vientre al verte

tu sonrisa y una lágrima escurridiza.

Allí era, allí comenzaría el resto de mi vida.

Pero el sol dejó de iluminarnos

y la luz de tus ojos café se apagó

y la oscuridad de la noche tiñó mi alma y mi vestido de negro y rímel corrido.

V

Iba a ser solo una noche,

ese era el trato, el pacto.

Iba a ser una noche nada más,

podría volver a verte,

tu sonrisa iluminaría mi vida una vez más,

nos amaríamos y nos dejaríamos quemar por el fuego de nuestra pasión.

Fue tan bello y maravilloso

como desgarradoramente doloroso.

Los tenues rayos del sol me ardieron en la piel

y las lágrimas humedecieron nuestros rostros en ese último beso.

Iba a ser solo una noche,

una noche y nada más.