Razón número 39: Mi obsesión con fabricarme todo
La verdadera causa de por qué dejé de comprar mi ropa, herramientas, muebles, adornos y demás fue una cuestión de economía y de poder diseñar las cosas a mi gusto. Sí, sé que es mucho más fácil tomar la billetera e ir al centro y adquirir las cosas directamente, pero uno no siempre encuentra lo que busca o desea. Admitiré con humildad que no es fácil encontrar lo que busco con la exactitud que quiero: La ropa tiene que tener un calce especial, los colores deben ser básicos y combinables, las herramientas precisas, los muebles a mi medida y los adornos exactamente combinables con el resto de la decoración del cuarto y según mi estilo.
Este pasatiempo (u obsesión dirían algunos) se remonta a mis épocas cuando estaba en la secundaria. Sí, yo me diseñaba y fabricaba mis propias mochilas para que satisficieran mis necesidades. Yo iba en bicicleta y no saben lo complejo que es transportar un tablero de dibujo técnico. Aparentemente, nadie jamás había pensado en eso.
Yo fabrico mis cosas por dos simples razones: las soluciones que da el mercado son inexistentes o de mala calidad. Hasta ahora nunca he encontrado una mochila que resista tanto peso como las que yo he fabricado, (modestia aparte). Solo existe algo por lo que aún dependo del mercado: los zapatos. Todavía no tengo la maquinaria necesaria para hacerlos.
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