Razón número 22: Mi segunda vida
Dicen que todo cambia cuando conoces el verdadero amor, yo no lo creía tanto, prefería disfrutar de mis romances esporádicos y despedirme sin nada que deber, sin nada que cobrar. Sin embargo, nadie es invencible (ni siquiera yo) y llegó mi talón de Aquiles. Mirada chispeante, juguetona, como si tuviera un secreto que contar solo si te portabas bien. Parecía que había encontrado la forma de modificar mis circuitos, había entrado en mi sistema y me había arrebatado mi máscara de Don Juan que salta de chica en chica. Me convirtió en su hombre… Y yo la dejé, porque era lo que más deseaba en el mundo.
Ansiaba cada ocasión en su departamento. Durante esas horas robadas me sentía en el paraíso… Nos complementábamos tan bien. Algunas veces llegaba antes de que hubiera terminado de estudiar para un examen, así que la esperaba cocinándole sus favoritos. A ella le gustaba sorprenderme abrazándome por la espalda mientras yo amasaba, robarme un beso y por qué no… Saborear el postre primero. Abrazados entre las sábanas blancas, besarle la coronilla y hundir mi nariz en su suave cabello castaño. La luz de la luna entrando por la ventana del dormitorio, sus ojos brillantes mirándome… Era la mujer perfecta, mi nombre en sus labios se oía tan increíble, tan celestial, me hacía sentir que no merecía llevarlo, que era algo casi ajeno… Ella fue la que me hizo cuestionarme si estaba haciendo lo correcto con mi vida con esa promesa…
“Manos suaves”, susurraba entrelazando sus dedos con los míos. “Aceite de oliva”, respondía yo y ella reía antes de que tuviera que sostener su rostro y besarla intentando fusionar nuestros cuerpos, haciendo lo imposible para que su aroma a lavanda fuera lo único que pudiera percibir. Amaba tanto a esa mujer que fue la única que consiguió hacerme bailar otra vez, por la noche en su balcón, ignorando todo lo que estuviera ahí afuera, igual que si solo estuviéramos los dos en el mundo. Cómo hubiera deseado que así fuera.
One Comment
Isabel
❤️😭 Que romántico, me estoy enamorando del personaje.