Razón número 9: El encuentra vacíos legales
Durante mi vida académica yo fui un estudiante modelo. “El alumno de Piaget”, decía mi hermana, “Un sujeto que aprende siendo activo en la construcción de su aprendizaje, ya que mediante este satisface la necesidad de equilibración, dándole sentido al mundo que le rodea relacionándolo con sus esquemas cognitivos”, una forma bastante extraña de decir un cumplido. Reconozco que no le dedicaba tantas horas al estudio. En realidad, no me hacía falta, con solo asistir a clase ya estaba listo para el examen. Bueno, quizá sí hubo alguna que otra materia que fue la excepción (los idiomas) y me hizo pasar un par de tardes sentado con la cabeza metida en los libros, pero en línea general iba perfecto y tenía buenas calificaciones.
Lo interesante justamente llegaba a la hora de los exámenes, puesto que era uno de los más odiados por los malos profesores. ¿Por qué? Simple, siempre encuentro los vacíos legales, los “grises”. Cada pregunta que no estuviera formulada con especificidad, me abría un abanico de posibilidades para responder. Por eso, los profesores que más me odiaban eran esos que quieren que uno conteste con las palabras que ellos quieren, que nos aprendamos de memoria sus palabras, (los malos profesores). ¿Cuál es el sentido de eso? Ninguno, así que me divertía con las caras de sorpresa cuando me evaluaban, sobre todo de manera oral, y yo respondía algo totalmente diferente a lo que ellos esperaban. Se petrificaban un momento y no les quedaba otra más que aprobarme porque teóricamente estaba bien. Uno que otro reconoció lo inteligente de mi salida y no puedo mentir diciendo que esos comentarios no eran una caricia a mi ego.
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