Razón número 14: El fin del mundo está atrasado
Permítanme que se los explique. Por lo general eran días de ocio a la siesta, yo leía en casa y de repente sonaba el timbre. Mi familia siempre se caracterizó por la ausencia de visitas regulares y mucho menos sin previo aviso, así que solamente podían ser los testigos de Jehová o los evangelistas. Dicha gente tenía la mala costumbre de venir a molestar con sus ideologías y como yo solía estar un poco aburrido, básicamente mi hobbie era divertirme con ellos.
Me refiero, si se tomaban la molestia de tocar nuestro timbre, ¿por qué no iba a atenderlos para que pudiéramos conversar? Yo amablemente me ofrecía para departir su ideología contrastándola con la mía. Y antes de que me digan algo, ¿qué culpa tenía si pronosticaban un fin del mundo que ya estaba atrasado? Amaba ver las expresiones en sus rostros, algunos torcían la cabeza solicitando una aclaración que claro que les proporcionaba, puesto que había toneladas de teorías que señalaban que todo se debía haber ido al cuerno hace mucho. Teníamos las profecías de Nostradamus, las de la Iglesia Católica, el calendario de los mayas, los científicos explicando el giro del eje de la tierra que se suponía ocasionaría terremotos, tsunamis, inundaciones y demás que no estaba pasando.
No tendían a quedarse mucho tiempo y como despedida me ofrecían los panfletos que repartían, pero ¿qué iba a hacer yo con eso?
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