Pajarillo de fuego
I
Tú corrías con el viento soplando tu cabello castaño,
tú cantabas a todo pulmón como ave dando la bienvenida a la primavera,
tu corazón latía en llamas, con la fuerza de mil tambores.
Llena de vida, llena de alegría.
Así te veían todos.
Ay, mi niña, que corrías sobre brasas ardientes a través de la brisa caliente,
ay, mi niña, que disfrazabas tus gritos de auxilio y llantos con cantos,
ay, mi niña, nadie supo lo tanto que ese corazón quiso darse por vencido.
Esa vida que se te escurría entre los dedos como el agua y las lágrimas que todos creyeron de alegría.
II
He aprendido a caminar sobre fuego fingiendo que es hierba,
he aprendido a abrazar las espinas fingiendo que son flores,
he aprendido a sostener montañas fingiendo que son plumas.
Me ha quemado la garganta por gritar y he tenido que susurrar,
me han ardido las manos por soltar y he tenido que ceder,
Se me han escapado las lágrimas y he tenido que reír.
He quedado al descubierto, pero tuve que aprender a ocultar mi frágil corazón de un mundo de hostilidad.
III
Pajarillo de fuego que muchos temen tocar,
pajarillo de fuego que ardes ante las injusticias,
pajarillo de fuego que quemas ante el dolor.
Parecieras condenado a permanecer en vuelo y solo posarte sobre rocas para no provocar un incendio con tu intensidad,
parecieras condenado a que incluso los que te aman se asusten cuando tus flamas crecen… o pueden llegar a crecer.
Pero, mi pajarillo de fuego, no olvides que también eres luz que vence la oscuridad e ilumina la vida de aquellos que no le temen al fuego de tu corazón.
One Comment
Alicia
Hermosos poemas, me encantaría leer más cosas así.