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Razón número 33: Mi obsesión con la repostería
Informes de mi madre aseguran que mi amor por la repostería se remonta a tiempos lejanos en los que yo apenas era un niño de seis o siete años que se ofrecía a ayudarla a hacer los bizcochuelos para la merienda. Mi hermana huía de la cocina (siempre dijo que cuando fuera mayor tendría sirvienta y cocinera, spoiler: Nunca pasó)…
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Razón número 32: Clic
En la época en la que nació mi pequeña empresa no abundaban las personas que se dedicaran a reparar computadoras, el auge informático todavía no había llegado del todo. Al principio estaba yo solo, yo era quien atendía las llamadas y yo era quien iba a hacer los arreglos a domicilio. Sin embargo, cuando la gente solicitaba mis servicios, hablaba…
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Razón número 31: Mi regreso al mundo laboral
Con el tiempo, cuidar de papá se convirtió en nuestra rutina, pero alguien tenía que traer el pan a casa, por lo que después de dejar la universidad, empecé a buscar empleo. Probé en muchos lugares empapelando escritorios con mis ostentosos conocimientos y habilidades. Cualquiera pensaría que no dudaron ni un instante en tomarme, sin embargo, la verdad es que…
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Razón número 30: La enfermedad de papá
Era una noche cualquiera, papá se veía y sentía bien, cenó gustoso y se fue a acostar como siempre para ver algo de televisión antes de dormir. Sucedió en el momento en que se quiso levantar para ir al baño y el lado izquierdo del cuerpo no le respondió, mamá me llamó a los gritos. Entre los dos lo ayudamos…
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Razón número 29: Una vieja pasión
Por un tiempo solo fui el que se encargaba de documentar cada encuentro familiar, cada fiesta, cada cumpleaños y fue recién cuando comencé la facultad que me regalaron mi primera cámara. Una vieja pasión había vuelto a reavivarse en mi pecho luego de tantos años de abrumadoras desilusiones académicas. Sin embargo, el mundo aún solo parecía esperar que los fotografiados…
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¿Cómo conseguir que los lectores se devoren mi libro? (o aumentar las posibilidades)
Mis tres puntos para tener en cuenta a la hora de escribir una buena historia Escribir una buena historia depende de muchos factores, de los cuales, la mayoría varían de escritor a escritor. Desde el estilo de los personajes hasta el tipo de conflictos y la ubicación físico-temporal en la que se desarrollan los hechos. No obstante, podría decirse que…
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Razón número 28: Mis caminatas existenciales
Mis caminatas de largas distancias (inhumanas para algunos) eran una manifestación de una necesidad de un viaje de autodescubrimiento. Qué puedo decir, no tenía suficiente dinero para ir a la India o hacer un peregrinaje. Tenía que aprender a quererme y aceptarme. El rechazo por el sujeto del espejo había llegado tan lejos que ahora usaba lentes. “¿Qué es lo…
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La cita
La primera vez que mi hija me pidió que le hablara de alguna historia de amor, decidí contarle la de mis padres. Ellos se conocieron cuando aún eran adolescentes y estaban en la secundaria, en ese entonces mamá tenía dieciséis años y papá, quince. Mi madre me confesó que todo sucedió cuando ella pasaba por su peor momento y que…
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Razón número 27: Mi obsesión por la buena comida
Los estudiantes tienen diversas formas de lidiar con el estrés académico. La mayoría va al gimnasio, practica algún deporte o hace yoga, yo desarrollé una obsesión por la buena cocina. Al enfermarse, papá se volvió quisquilloso a la hora de comer y más de una vez rechazaba las innovaciones culinarias de mamá, por lo que ella terminó quedándose con un…
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¿Cómo se hace para llegar del manuscrito al libro publicado?
Paso 1: Tener el manuscrito terminado (o casi) Te será muy útil al momento de contactar posibles editoriales porque estarás “mejor parado”. Tener el manuscrito terminado demuestra tu compromiso como escritor y tu dedicación a tu proyecto, lo que puede ser un factor clave para comenzar el proceso. Además, vas a tener una idea más concreta del presupuesto, ya que…