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Razón número 42: ¿Un nuevo comienzo?
El silencio provocado por el colapso de Liberty se asentó como una niebla en la familia haciendo que el ideal de una sociedad entre nosotros terminara muriendo, así que volví a trabajar solo. Me dediqué a estudiar y a especializarme en fotografía desde la perspectiva comercial y laboral. Cómo proyectar mi marca de la manera más adecuada. Sin embargo, pese a que dejé de hacer bolsos para rescatistas, no abandoné por completo su fabricación y decidí enfocarme en el público creativo que dibuja, pinta, teje y demás. Quería hacer bolsos que se adaptaran a las necesidades de la labor artesanal,…
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Razón número 41: Liberty
El proyecto nació una tarde en la que mi sobrino mayor vino a informarme que quería trabajar conmigo. Por aquel entonces yo estaba decidiendo el nuevo rumbo que tomaría, así que en cuanto escuché la predisposición del joven paramédico en su voz y un lejano recuerdo vino a mi mente, la idea surgió: fabricaríamos mochilas para rescatistas y paramédicos. Según el gordito, no había buenos productos en el mercado para su rubro, se rompían a los meses de uso, no eran prácticos, entre otras cosas que enumeramos en la lista. Inevitablemente me trajo recuerdos de mi época en la secundaria…
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Volver al puerto
Había decidido salir a dar una caminata para despejar la mente y las anaranjadas hojas de los árboles que iban cayendo a mi paso no hacían más que anunciar el crudo invierno que se avecinaba. “Otro invierno en soledad”, concluí pateando una pequeña piedra hasta perderla entre el césped. Dos años habían pasado desde mi última relación con una mujer y pese a que había hecho todo lo posible para que prosperara, no resultó. Siempre parecía haber algo que no funcionaba, algo que no encajaba. Solo quería una compañera, alguien con quien compartir los últimos años de mi vida. —¿Por…
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Razón número 40: Mi pelea con el buscador de los colorcitos
No considero necesario aclarar a qué buscador me estoy refiriendo y si sí hiciera falta, discúlpenme, pero no lo haré. No pienso tener que lidiar con una demanda de ellos, suficiente tuve con lo que les voy a contar a continuación. Todo comenzó en el tiempo en el que mi madre y yo teníamos nuestros blogs, ella el de cocina y yo el de carpintería. Ahora, es probable que se cuestionen: “¿Qué pueden tener de malo dos páginas inocentes como para que el buscador decida banearlas?”. Excelente pregunta, yo también me la hice en su momento, así que fui directo…
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Razón número 39: Mi obsesión con fabricarme todo
La verdadera causa de por qué dejé de comprar mi ropa, herramientas, muebles, adornos y demás fue una cuestión de economía y de poder diseñar las cosas a mi gusto. Sí, sé que es mucho más fácil tomar la billetera e ir al centro y adquirir las cosas directamente, pero uno no siempre encuentra lo que busca o desea. Admitiré con humildad que no es fácil encontrar lo que busco con la exactitud que quiero: La ropa tiene que tener un calce especial, los colores deben ser básicos y combinables, las herramientas precisas, los muebles a mi medida y los…
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Razón número 38: Los telemarketers y yo
Por alguna razón que desconozco, los testigos de Jehová y los evangelistas habían dejado de tocar nuestro timbre y en alguna que otra ocasión los había visto pasar de largo por nuestra casa. Qué desatentos, yo que siempre estuve tan dispuesto a conversar con ellos. No obstante, la tecnología había dado lugar al nacimiento de una nueva especie: los telemarketers. Criaturas que también llamaban en los momentos más inapropiados. Yo siempre traté de ser agradable, el problema es que ellos generalmente no entienden un “no” amable, por lo que terminan llevándote a ser grosero (y si tengo que ser grosero,…
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Razón número 37: Mi obsesión con los cursos online
Para ponerlos en contexto, ya estamos hablando de principios de los 2010s, la revolución digital estaba llevando a los usuarios a explotar el máximo potencial de sus computadoras y yo no podía quedarme atrás. Fue entonces que descubrí las plataformas de aprendizaje online. Era la opción perfecta para mí, ahora podía aprender de manera económica y práctica, tenía la posibilidad de tomar mis clases en cualquier horario y a mi ritmo. Lo más importante del asunto era que con el aprendizaje online era capaz de aprender lo que necesitaba a medida que lo necesitaba. La tecnología me había abierto un…
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Razón número 36: Mi obsesión por emprender y aprender
La primera tiene una explicación bastante sencilla (y hasta un tanto obvia): Emprender fue la única opción que me quedó al salir de la facultad. Las empresas preferían tomar personal joven y ni le prestaban atención a mi currículum que destilaba experiencia. Tenía muy pocas oportunidades laborales y con más de veinticinco años, las personas me decían que ya estaba viejo para emprender. Sin embargo, no les hice caso y en cambio, me propuse a demostrarle a los ignorantes que me habían despreciado por ser mayor que podía hacer todas aquellas cosas que ellos creían que no era capaz por…
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Razón número 35: Mi primer libro
Una vez que finalmente acabó lo de clic luego de la muerte de papá, tuve que plantearmehacia dónde dirigiría mi vida ahora, sobre todo en el ámbito laboral. La pensión de mamá noera suficiente para poder vivir, así que profundicé viejos conocimientos de la escuela y mevolví carpintero. En poco tiempo, logré volverme muy hábil y amueblé la casa entera conmis creaciones. No obstante, deseaba ir un poco más allá.Me parecía interesante la posibilidad de generar ingresos que no dependieran de queestuviera trabajando activamente para obtenerlos. Algo que me permitiera retirarme a loscuarenta y pico y dedicarme a seguir descubriendo…
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Razón número 34: La muerte de papá
Después de que Clic cerró, papá empezó con nuevos problemas de salud. Los médicos no sabían qué diagnóstico dar y tuvimos que pelear con la obra social y la clínica para que lo internaran, nos rechazaron seis veces, hasta que acabé amenazando con caerles con todo el peso de la ley. Mamá lo cuidaba en el sanatorio y se turnaba con mi hermana en tanto que yo seguía reparando computadoras a domicilio, de algo había que vivir. Sin embargo, ahora había otros que hacían lo mismo y con precios mucho más baratos (y así se las arreglaban de mal que…