47 razones 41 gracia rodriguez
Novelas cortas

Razón número 41: Liberty

El proyecto nació una tarde en la que mi sobrino mayor vino a informarme que quería trabajar conmigo. Por aquel entonces yo estaba decidiendo el nuevo rumbo que tomaría, así que en cuanto escuché la predisposición del joven paramédico en su voz y un lejano recuerdo vino a mi mente, la idea surgió: fabricaríamos mochilas para rescatistas y paramédicos.

Según el gordito, no había buenos productos en el mercado para su rubro, se rompían a los meses de uso, no eran prácticos, entre otras cosas que enumeramos en la lista. Inevitablemente me trajo recuerdos de mi época en la secundaria en la que ninguna mochila satisfacía mis necesidades, hecho que me llevó a hacerme las mías. La fusión era perfecta: sus conocimientos del mercado combinados con mis conocimientos de costura para crear una marca que realmente sí pensara en sus clientes.

Para hacerla breve, Liberty fue un éxito. Las empresas de rescatistas estaban encantadas con nuestros productos y los pedidos no paraban de llover y aunque el flaco se nos unió, al poco tiempo tuvimos que incorporar personal para poder cubrir la demanda. Sin embargo, era muy difícil capacitar a los nuevos empleados y cumplir con los encargos, por más que nos dividiéramos y exprimiéramos las horas de trabajo al máximo. Yo me olvidé de lo que era dormir más de cinco horas seguidas por noche. Era extenuante, pero la posibilidad de hacer el gran salto con Liberty estaba tan cerca que era motivador, no obstante, nuestro emprendimiento tenía los días contados. Nuestro proveedor del material principal de las mochilas dejó de exportar a nuestro país y pese a que mis sobrinos querían, yo me negué a bajar la calidad de nuestros productos porque las otras opciones eran muy malas a mi criterio.

Liberty cerró y consigo se llevó el sueño de una empresa que estuvimos cerca de ver crecer hasta que nos permitiera percibir los ingresos sin trabajar. No mentiré, quedaron algunas asperezas familiares después de todo lo sucedido que no vale la pena mencionar, asperezas que tardaron un tiempo en disiparse finalmente.

Soy una escritora de 25 años que empezó con la pluma a los 8 años haciendo cuentos basados en mis dibujos animados favoritos. Siempre soñé con tener mi propio libro y no fue hasta el 2020, durante la pandemia, que llegó mi oportunidad para hacerlo. Lo que inició como una búsqueda de algo para “matar” el tiempo se convirtió en la culminación de un proyecto que creía muy lejano. El objetivo en mi página es hablar sobre mis libros y alentar a todos aquellos que deseen publicar el suyo a hacerlo, mostrándoles que no es tan imposible como parece y dándoles algún que otro consejo basado en mi experiencia como escritora.

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